Historia del Tabaco
Breve Historia general
Hace más de 10,000 años, con la aparición de las primeras prácticas agrícolas, el ser humano seleccionó las plantas especialmente valiosas para protegerlas y domesticarlas y así disponer de ellas para satisfacer sus necesidades. Dichas plantas y sus productos constituyeron la base sobre la cual se levanta la civilización moderna.

En la masa continental americana, hacia el año 2000 a.C. aún no había aparecido una civilización propiamente dicha, pero existía ya una base agrícola firme, que se extendía desde México hasta Perú meridional, en una longitud de unos 6,500 km. En esta fase del desarrollo de la humanidad, en esta región se domesticaron plantas que desempeñan un papel vital entre los productos agrícolas que consume el mundo moderno. Existe una larga fila de aportaciones; entre ellas figuran las habas, los tomates, el chile, casi todos los géneros de la calabaza, los aguacates, el cacao, las frutas tropicales y otros cultivos menores. El algodón y el tabaco se cultivaron también extensamente en toda América prehispánica (Norton, 1980).

El tabaco tuvo una función central en la vida de los pueblos americanos, como lo prueban los testimonios arqueológicos que nos permiten reproducir e interpretar su participación en el sistema cultural precolombino, así como corroborar el origen americano de su uso y cultivo.

Las especies Nicotianatabacum y N. rustica fueron las de mayor uso como narcoestimulantes rituales entre los indios de América. La N. tabacum fue un cultivo de difusión relativamente limitada; en el momento en que los europeos llegaron al Nuevo Mundo no había podido pasar –en su camino hacia el norte- más allá de las tierras bajas de México. En contraste, la N. rustica ya había desbordado el trópico americano y casi tocó los últimos límites de la agricultura del Nuevo Mundo. Esta especie era la que fumaban los indios de los bosques orientales de Norteamérica: era el “yetl” e los Aztecas y, probablemente, el “petún” de los brasileños (Sauer, 1950, cit. En Wilbert, 1972).

La extensión en uso de la N. rustica puede explicarse por el hecho de que su concentración de nicotina es mayor que la N. tabacum. Si el uso del tabaco tuvo interés histórico para el hombre en la medida que las propiedades narcóticas de su principal alcaloide favorecían sus rituales mágico-religiosos, esta característica es la que posiblemente influyó en que, uno tras otro, los pueblos americanos adoptaran rápidamente su uso. Además, una vez sembrada, la N. rusticarequiere menos cuidados que la N. tabacum (Goodspeed, 1954).

Por su radio geográfico de difusión, su íntima asociación con el ritual e ideología nativos y los testimonios descubiertos por los arqueólogos, puede decirse con seguridad que el tabaco empezó a usarse unos milenios antes de que llegara Colón, por lo que queda en evidencia la enorme antigüedad que tiene esta planta como elemento integral de las culturas prehispánicas (Wilbert, 1972).